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Hábitos Atómicos: Empecemos por el Principio

Ya conocimos las ideas básicas que propone James Clear en su interesante libro. Ahora los invito a partir por el principio y saber la relación entre Atómico y Hábito …. Además de una valiosa experiencia de vida.

Fuente: https://www.leadersummaries.com/es/libros/resumen/detalle/habitos-atomicos Como inicio el autor nos comparte la definición de ambos conceptos: Atómico: una cantidad extremadamente pequeña de una cosa, la unidad más pequeña e irreductible que forma parte de un sistema mayor + la fuente de una inmensa energía o poder. Hábito: una rutina o práctica que se realiza de manera regular; una respuesta automática a una situación específica. Con solo ver estas dos palabras reunidos logramos captar la potencia de lo que plantea el libro: combinar la energía de lo indivisible (lo hago o no lo hago, así de simple) con la obtención de un hábito. Sin siquiera leer la siguiente página ya nos estamos cuestionando: ¿cuántos hábitos tengo que me den energía? Y por otra parte: ¿cuántos hábitos tengo que me quitan energía? Poderoso!!! ¿no es cierto? 😊 En el comentario anterior (https://www.gestionenti.com/post/hábitos-atómicos-primera-aproximación) compartíamos que, según el autor, si “logras ser 1% mejor cada día durante un año, terminarás siendo 37 veces mejor al final del período” (Clear, 2018, p. 26). Esa es la fuerza de lo que plantea James Clear. En este comentario vamos a conocer lo que nos cuenta en la introducción del libro. Esta comienza con una anécdota muy terrible dónde él recibe un golpe en la cara que le produce una grave herida, tal que cuando vuelve en sí piensa que está en el año 1998 cuando en realidad es el 2002. De hecho tuvo que ser trasladado en helicóptero a un hospital en grave riesgo de muerte. Después de mucho tiempo de tratamiento médico empezó a recuperar el uso de la vista y transcurrieron 8 meses hasta que pudo volver a manejar un automóvil. Al regresar 1 año después al campo de béisbol donde recibió el golpe, se dio cuenta de lo mucho que le faltaba por conseguir. Una de las consecuencias fue que cuando empezó la temporada se convirtió en el único jugador de segundo grado que no pasó a formar parte del equipo principal de la Escuela. Tuvo que pasar 1 año hasta volver a ser admitido en el equipo, sin embargo jugó muy pocos partidos y casi ninguno de ellos fue de tiempo completo. Luego tuvo la oportunidad de ingresar a la Universidad de Denison y ahí ser admitido en el equipo de béisbol de la misma. Con un gran esfuerzo logró pasar de 78 kg a 90 kg de musculatura sin grasa. Eso más su metro 95 de estatura le permitió, 6 años después del golpe en el rostro, ser seleccionado como el mejor atleta masculino de la universidad. Este accidente, nos cuenta, fue uno de los retos y experiencias que le enseñaron una lección fundamental: los hábitos que en un principio pueden parecer pequeños y poco significativos, se pueden transformar en resultados extraordinarios si se tiene la voluntad de mantenerlos durante años. Al respecto nos dice que “probablemente existan personas capaces de alcanzar grandes logros de la noche a la mañana. Yo no conozco ninguna, y yo, ciertamente, no soy una de ellas”. La introducción continúa contando que en noviembre del 2012 empezó a publicar artículos en un sitio web donde compartió la experiencia que había acumulado con los hábitos ya que pensó que podía ser un gran aporte para otras personas. El año 2013 ya tenía 30.000 seguidores por correo electrónico. El 2014 la lista había subido a 100.000. En ese momento se dio cuenta que se había convertido en un especialista en hábitos, algo que lo emocionaba pero también lo hacía sentir incómodo porque no sabía si tenía derecho a decir sus ideas (esto es conocido como el síndrome del impostor. Ocurre cuando aún no nos tenemos confianza para hablar de un tema). Para el año 2015 ya tenía 200.000 suscriptores y firmó un contrato con la editorial Penguin Random House para escribir el libro que estamos comentando. ¿Cómo nos puede ayudar este libro entonces? En primer lugar porque se comparte un plan paso a paso para desarrollar mejores hábitos, no por unos días, si no para siempre. Conforme se presenta la ciencia de cómo desarrollar y cambiar hábitos esto se explica de una manera fácil de entender y de aplicar. Para esto se basa la biología neurociencia filosofía y psicología entre otros fundamentos. Nos indica también que la guía principal del libro es el método de cuatro pasos para desarrollar los hábitos: señal, anhelo, respuesta y recompensa. también incluye las cuatro leyes para cambiar la conducta que nacen del método ya mencionado. Reconoce que su propuesta tiene muchas similitudes con la teoría del conocimiento operante que ya proponía en 1930 B. F. Skinner (https://es.wikipedia.org/wiki/Burrhus_Frederic_Skinner) y qué, más recientemente se ha hecho conocida gracias al libro “el poder de los hábitos” de charles Duhigg. Termina diciendo que si bien el modelo de Skinner hizo una excelente labor explicando cómo los estímulos externos influyen en nuestros hábitos, no ofrece ninguna explicación respecto a la manera en que nuestros pensamientos, sentimientos y creencias influyen en el comportamiento. Por eso nos explica qué su método es uno de los primeros modelos de conducta humana que, de manera muy precisa, da cuenta de la influencia de los estímulos externos pero también de las emociones internas en los hábitos. Con esta base el libro pasa al primer capítulo llamado el sorprendente poder de los hábitos atómicos, que fue lo que ya compartimos en el comentario anterior. Espero que les haya gustado lo que les he presentado y me acompañan en los próximos comentarios donde conoceremos en más detalle lo que nos propone el autor y, lo más importante, cómo aplicarlo.

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