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¿Qué Pasará con los Robots? Parte 7

Cuando empezamos esta serie de comentarios en enero lo hicimos referenciando al libro de Martin Ford (“El auge de los Robots”, 2015, primera edición en castellano del 2016). En esa oportunidad destacamos que, pese a lo que vaticinaba la Ciencia Ficción, los primeros robots no fueron humanoides sino industriales. De ahí el subtítulo del libro: “La tecnología y la amenaza de un futuro sin empleo”.



Dentro de los ejemplos del reemplazo de personas por Robots se cita el siguiente en el capítulo 1 (en la sección Los empleos en manufactura y la deslocalización de las fábricas): “En septiembre de 2013, en un artículo de The New York Times, Stephanie Clifford narró la historia de Parkdale Mills, una fábrica textil en Gaffney, Carolina del Sur. En la fábrica trabajan cerca de 140 personas. En 1980, el mismo nivel de producción habría exigido más de 2 000 trabajadores. En la fábrica, «las personas intervienen muy poco en el proceso automatizado, y si lo hacen es porque algunas tareas, como mover hilados a medio terminar de una máquina a otra en carretillas elevadoras, salen más baratas si se hacen a mano». Los hilados terminados se transportan automáticamente por unos rieles que hay en el techo hasta las máquinas que empacan y envían los pedidos. A pesar de todo, esos 140 empleos representan al menos una disminución parcial de la caída que lleva décadas sufriendo el empleo fabril. La industria textil estadounidense fue diezmada en los años noventa cuando la producción se trasladó a países con salarios más bajos, sobre todo China, India y México. Entre 1990 y 2012 se perdieron en este sector cerca de 1.2 millones de puestos de trabajo, más de tres cuartas partes de los que había. Sin embargo, en los últimos años la producción ha repuntado de una manera espectacular. Entre 2009 y 2012, las exportaciones de ropa y tejidos de Estados Unidos crecieron más del 37% hasta alcanzar un total de casi 23 000 millones de dólares. El cambio se debe a la automatización tecnológica, que por su efectividad puede competir hasta con los salarios más bajos en el mundo”.


Como se ve, la automatización puede permitir a una industria bajar los costos y repuntar en su productividad y valor comercial.


Además, en la misma sección se destaca que: “… la incorporación de estas complejas innovaciones que ahorran mano de obra ha incidido en el empleo de varias maneras. Mientras que fábricas como Parkdale no generan directamente muchos puestos de trabajo, sí que dan lugar a la creación de empleo entre los proveedores y en áreas relacionadas como la conducción de camiones para el transporte de materias primas y productos acabados”.


Entonces, a partir de este análisis surge una primera conclusión positiva: bien planificada, la Automatización permite generar valor y nuevas fuentes de empleo, generando además productos masivos que benefician también a los consumidores locales.


Es un agrado compartir una mirada positiva de la introducción de los robots industriales.


Pero, ¿y qué pasa en Latinoamérica? Bueno que tal como indica el sentido común somos una región mucho más atrasada que el mundo desarrollado. Para darnos cuenta del atraso relativo les comparto estos gráficos publicados por el BID en septiembre de 2018 donde se compara Latinoamérica con el resto del mundo (https://conexionintal.iadb.org/2018/09/03/la-estructura-productiva-regional-y-el-uso-de-robots-actualidad-y-perspectivas/):


Gráfico de participación actual y estimada en las ventas anuales de robots industriales:

Lógicamente los años siguientes son una estimación.


Para terminar: ¿conocen alguna experiencia al respecto en nuestro país o dónde viven? Les agradecería que la compartieran en los comentarios.


Saludos cordiales.



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